La reduflación es un término que ha cobrado gran relevancia en los últimos tiempos. Se refiere a la práctica de reducir el tamaño o cantidad de un producto sin cambiar su precio, algo que las empresas utilizan para enfrentar el aumento de los costes sin que los consumidores lo noten fácilmente. Sin embargo, permitiéndonos una licencia de uso de este concepto, esta estrategia no es exclusiva de los productos de consumo; también puede aplicarse, con graves consecuencias, a las estructuras organizativas.
Cuando una empresa reduce su inversión en talento directivo, esperando obtener los mismos resultados con menos recursos, se enfrenta a una versión corporativa de la reduflación. Esto implica reducir la capacidad estratégica y operativa de los líderes sin un ajuste visible inmediato, pero con efectos que se sienten a largo plazo.