Razones para NO contratar un servicio de Interim Management

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La dotación de capacidad directiva por un periodo concreto de tiempo a una empresa para afrontar una determinada coyuntura considerada como estratégica, se denomina interim management o dirección de transición.

Las casuísticas habituales para su contratación son variadas, y todas ellas pasan por un profundo análisis previo, por parte de los órganos de dirección de la empresa, para determinar cuál es la situación real de la empresa, reconociendo la falta de capacidad directiva interna suficiente o no disponible en ese momento para poder avanzar con solvencia estratégica y ejecutiva.

Sobre el papel, y dadas las características intrínsecas de este tipo de profesionales, el Interim Management suele ser una herramienta estratégica a considerar por muchas empresas que pretendan afrontar cambios importantes. No obstante, debemos considerar y valorar las razones por las cuáles la contratación de este tipo de servicios puede o debe no llevarse a cabo:

  • Falta un plan de inversión: si bien el Interim Management debe ser considerado como una inversión en talento directivo que debe llevar asociado un retorno, no siempre es fácil o se le dedica tiempo a este apartado por la urgencia habitual de sus contrataciones. Aunque se trate de un coste flexible, se debe previamente valorar bien la inversión a realizar y cuál será el retorno esperado, puesto que los honorarios suelen ser superiores a los costes laborales de los puestos de estructura.
  • Inexistencia de un análisis y diagnóstico previo: esto está muy ligado con el plan de inversión a realizar por la empresa con estas contrataciones. Debemos pensar que estos/as profesionales, antes de poner encima de la mesa un plan de ejecución para alcanzar los objetivos requeridos, necesitan un tiempo previo prudencial para conocer en profundidad la situación real de la empresa, su funcionamiento, las características del sector en el que opera, los recursos con los que cuenta, aspectos culturales, valores, etc. Descartemos aquellas propuestas de misión, que así se denomina la acción de Interim Management, que no identifican en sus propuestas esta fase previa.
  • No se aportan referencias, garantías y compromiso: son muchos/as los/as profesionales en el mercado que actualmente ofrecen sus servicios en formato Interim Managers. Tratemos de identificar a aquellos/as profesionales que realmente se dedican a la dirección de transición y que cuentan con la experiencia necesaria y suficiente para ello. Es posible indagar sobre ello y en el mercado operan empresas especializadas en este tipo de servicios que auditan y certifican sistemáticamente a estos/as profesionales. 
  • Se identifican posibles resistencias internas: la contratación de un servicio de interim management debe ser debidamente comunicado internamente, implicando a todas las personas que vayan, de un modo u otro, a interactuar con estos/as profesionales. Debe quedar muy claro cuáles son los motivos por los cuáles la empresa necesita capacidad directiva y cuál es el plan de ejecución a llevar a cabo, así como su responsabilidad jerárquica y funcional dentro de la compañía mientras dure el servicio. Cualquier resistencia interna en puestos clave puede ser motivo suficiente para paralizar este tipo de contratación.
  • Inexperiencia en la casuística concreta o en el momento del ciclo de vida de la empresa: una cosa es tener la experiencia en el área de la necesidad de la empresa y otra en la propia necesidad o en lo que genera esa necesidad, ya que esto último es lo que va a dar mayores garantías de saber afrontar el reto por haberlo hecho antes, independientemente de la experiencia en el propio sector de la empresa, que cobra menos importancia. Además, es clave el identificar el momento del ciclo de vida de la empresa ya que esto lleva inherente el que el/la Interim Manager haya podido desarrollar una serie de competencias. No es lo mismo una start-up, que una empresa en crecimiento, que en consolidación o en madurez o que esté en un proceso de gestión de cambio.
  • No hay “feeling” entre la empresa y el/la interim manager: no sólo son importantes las competencias técnicas de formación y experiencia (hard) de estos/as profesionales, sino que son fundamentales las personales (soft), ya que afrontar este tipo de retos requiere una generación de confianza y comunicación entre ambas partes que, si no existe, la misión está abocada al fracaso. El encaje en este aspecto hay que contrastarlo antes de empezar la misión y en esto juega un papel importante el hacerlo a través de un provider de este tipo de servicios.

 

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