Dentro de las distintas opciones que tenemos a la hora adquirir talento en las empresas una que...
Una buena gestión de las desvinculaciones te puede ayudar a reforzar tu marca empleadora
Cuando se habla de la gestión de recursos humanos en una empresa, uno de los aspectos más cruciales, pero a menudo subestimados, es la desvinculación de empleados.
Independientemente de que hablemos de una finalización de contrato, el término de una beca, prácticas o incluso un despido, la forma en que una empresa maneja estos procesos tiene un impacto significativo en su marca empleadora y su capacidad para atraer talento.
Una desvinculación inadecuada puede resultar en una mala percepción tanto interna como externa de la organización, lo cual derivaría en dificultades a la hora de vender sus proyectos a futuros candidatos/as.
La marca empleadora de una empresa es un activo intangible extremadamente valioso y, no sólo se compone de lo atractivos que haga los anuncios de empleo o las actividades de team building que lleve a cabo con sus empleados.
La forma en que una organización trata a sus trabajadores, incluso cuando ya no forman parte de la organización, habla enormemente de sus valores y cultura.
Muy pocas personas querrán formar parte de una institución donde se sabe que el momento de salida es un punto de tensión y conflicto debido a la gestión que lleva a cabo la propia entidad antes, durante y después de que se produzca la salida.
Una desvinculación inadecuada va a generar comentarios negativos en plataformas de reseñas, redes sociales o conversaciones entre profesionales, lo cual puede ahuyentar a futuros talentos y clientes, afectando a la reputación general de la empresa e incluso llegar a perder oportunidades de negocio.
La atracción de talento es un desafío constante para las organizaciones. Cuando una empresa es conocida por su falta de consideración y respeto hacia los empleados que se van, es menos probable que atraiga a profesionales con alto nivel de desempeño y potencial, ya que éstos suelen buscar empresas que valoren a su personal y ofrezcan un entorno de trabajo donde se sientan respetados y apreciados en todo momento.
Además, a día de hoy, muchos beneficios como el teletrabajo, la flexibilidad horaria, bonos de transporte, cheques restaurante, etc. cada vez están más presentes en los paquetes retributivos ofrecidos por las empresas. Por eso mismo, el aspecto diferenciador a día de hoy es el ambiente laboral y la manera en que una organización en todo momento, sean cuales sean las circunstancias.
Al reclutar talento, las empresas no sólo compiten por habilidades y experiencia, sino que también deben vender sus proyectos, cultura y valores. Una serie de desvinculaciones inadecuadas puede dificultar la tarea de vender con éxito la visión y el propósito de la empresa a posibles candidatos. Estos pueden percibir la falta de empatía y preocupación por parte de la empresa hacia sus trabajadores actuales y pasados, lo que disminuye su interés en unirse a la organización.
Consejos para una buena desvinculación:
Planificación anticipada
Prevé las desvinculaciones con antelación y crea un plan que incluya los pasos a seguir, desde la notificación hasta la entrega de documentos y pertenencias.
Comunicación transparente
Comunica la decisión con empatía y claridad. Proporciona una razón lógica para la desvinculación sin culpar o juzgar al empleado.
Privacidad y respeto
Lleva a cabo la conversación de desvinculación en privado y con el máximo respeto. Evita hacerlo en público o en presencia de otros empleados.
Apoyo emocional
Ofrece apoyo emocional al empleado, ya que la desvinculación puede ser una experiencia con alta carga emocional negativa. Escucha sus preocupaciones y pregunta mostrando empatía.
Referencias y recomendaciones
Ofrece brindar referencias o cartas de recomendación al empleado si ha desempeñado su trabajo de manera satisfactoria.
Evita cuchicheos y comentarios negativos
Pese a que la desvinculación haya generado cierto nivel de malestar en la empresa, es importante mantener el respeto en todo momento hacia los empleados que ya no forman parte del equipo. De no ser así, las personas que permanecen en la empresa pueden llegar a sentir incertidumbre acerca de cómo se les tratará el día de mañana cuando llegue su desvinculación, lo cual repercutirá negativamente en su percepción de la organización.
Por todos lo anteriormente comentado, la gestión adecuada de una desvinculación no sólo es un acto de responsabilidad, sino una inversión en la imagen y la sostenibilidad de la empresa a largo plazo.