¿Existe el antídoto para erradicar el liderazgo tóxico?

Hace unas semanas realizamos una encuesta en LinkedIn en la que preguntábamos a nuestros/as seguidores lo siguiente: "¿Alguna vez has sentido que tu empresa o equipo de trabajo se parece a una secta?". Para nuestra sorpresa (aunque éramos conscientes de que habría respuestas positivas) el "Sí" (74%) reinó con una mayoría aplastante en oposición al "No" (26%).

Esto nos ha hecho reflexionar sobre la actual presencia del liderazgo tóxico en las empresas.

En el liderazgo tóxico se utilizan tácticas y comportamientos negativos que dañan a los miembros de un equipo o, incluso, a la organización en general.  

Estos/as líderes pueden abusar de su poder, ser manipuladores, intimidantes, autocráticos o irrespetuosos.

 

Aunque pueden obtener resultados a corto plazo, a menudo crean un ambiente de trabajo tóxico y perjudican el bienestar y el rendimiento de los/as empleados/as a largo plazo.

Características del liderazgo tóxico

  • Comunicación deficiente: los/as líderes tóxicos suelen ser ineficaces para comunicarse claramente con su equipo, lo que lleva a la confusión y a malentendidos.
  • Falta de empatía: no tienen en cuenta las necesidades, preocupaciones o ideas de los demás. No muestran interés genuino por sus empleados/as y pueden ser insensibles a sus problemas.
  • Micromanagement: tienden a ser controladores/as y no confían en los demás para hacer su trabajo. Esto puede llevar a una falta de autonomía y desarrollo profesional de los miembros del equipo.
  • Desprecio y crítica constante: un líder tóxico suele menospreciar, criticar o humillar a sus empleados/as. Esto socava la autoestima y la motivación de los/as miembros del equipo.
  • Falta de transparencia: ocultan información importante o toman decisiones a puerta cerrada, lo que genera desconfianza y frustración entre los/as empleados/as.
  • Favoritismo: en ocasiones, muestran preferencia por ciertos/as empleados/as, creando un ambiente de competencia y división dentro del equipo.
  • Falta de responsabilidad: a menudo evaden la responsabilidad de sus propios errores y culpan a los demás cuando las cosas van mal.

Esta situación en las empresas puede causar altos niveles de estrés, desmotivación, rotación de personal y falta de compromiso por parte de los/as empleados/as.

Es muy importante fomentar un liderazgo saludable y promover una cultura organizacional positiva que valore y respete a los/as empleados/as.

 

¿Cómo solucionar esta situación?

Resolver una situación en la que el liderazgo es tóxico puede ser desafiante, pero hay pasos que se pueden seguir para abordar y mitigar los efectos negativos.

Desde Servitalent, te damos algunas ideas:

  • Reconocer y comprender el problema: El primer paso es reconocer que existe un problema de liderazgo tóxico y comprender cómo afecta a los/as miembros del equipo y a la organización en general. Evalúa los comportamientos específicos del líder y cómo impactan el ambiente laboral.
  • Comunicación abierta: Fomenta un ambiente seguro donde los/as empleados/as puedan expresar sus preocupaciones y experiencias con el liderazgo tóxico. Anima a los/as trabajadores/as a hablar abiertamente sobre sus inquietudes y brinda un canal confidencial para que compartan sus experiencias.
  • Proporciona retroalimentación constructiva: Si eres un/a miembro del equipo que se ve afectado por el liderazgo tóxico, considera proporcionar retroalimentación constructiva al líder o, si te sientes incómodo/a, busca a alguien de recursos humanos o a un superior para discutir el problema. Es importante destacar ejemplos específicos y explicar cómo los comportamientos tóxicos están afectando negativamente el desempeño y el bienestar del equipo.
  • Promover la capacitación y el desarrollo del liderazgo: Ofrece programas de capacitación y desarrollo del liderazgo para los/as líderes de la organización. Estos programas pueden ayudar a mejorar las habilidades de comunicación, la empatía, la inteligencia emocional y el manejo de conflictos, lo que puede ayudar a prevenir y abordar el liderazgo tóxico.
  • Establecer límites y consecuencias: Si el/la líder tóxico no muestra disposición para cambiar o mejorar su comportamiento, es importante establecer límites claros y aplicar consecuencias adecuadas. Esto puede incluir acciones disciplinarias o incluso la necesidad de reemplazar al líder por alguien más adecuado.
  • Fomentar un ambiente de apoyo y colaboración: Promueve una cultura organizacional que valore la colaboración, la comunicación abierta, el respeto mutuo y la transparencia. Fomenta la participación activa de los/as empleados/as y brinda oportunidades para que se sientan escuchados/as y valorados/as.
  • Buscar apoyo externo: Si la situación no se resuelve internamente o si la organización carece de recursos para abordar el liderazgo tóxico, es posible que desees buscar asesoramiento externo, como consultores o profesionales en recursos humanos, que puedan ayudar a identificar y abordar el problema de manera imparcial.

Recuerda que abordar el liderazgo tóxico puede llevar tiempo y esfuerzo, pero es fundamental para crear un entorno de trabajo saludable y productivo.

La participación activa de los/as miembros del equipo, el apoyo de la alta dirección y un enfoque sistemático son clave para resolver esta situación de manera efectiva.

¿Quieres seleccionar a los mejores líderes para evitar este tipo de situaciones?

¡Hablemos!