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El proceso de selección de personal es una parte crucial en la gestión de recursos humanos de cualquier organización. No solo determina quiénes se unirán al equipo, sino que también influye en la percepción que los candidatos y las candidatas tendrán de la empresa. En este contexto, la forma en que se trata es esencial, y brindar un trato respetuoso y considerado no solo es ético, sino que también puede tener un impacto positivo en la imagen de la empresa y en su capacidad para atraer y retener talento.

La búsqueda y selección de talento se ha convertido en uno de los desafíos más cruciales en el competitivo entorno empresarial actual.

La elección de perfiles adecuados va más allá de sus habilidades técnicas y experiencia; es fundamental comprender cómo se adaptarán y contribuirán al ambiente laboral y la cultura organizativa. En este contexto, la evaluación conductual emerge como un recurso esencial que enriquece y fortalece el proceso de selección de personal.

Los currículums y las entrevistas son esenciales para conocer a los candidatos, pero los antecedentes de una persona pueden contar una historia que va más allá de lo que aparece en papel o se revela durante una conversación.