El Informe Draghi, publicado el pasado 9 de septiembre de 2024, proporciona una visión crítica sobre la necesidad de reforzar la competitividad de la Unión Europea (UE) en un contexto económico global en transformación. Con una creciente brecha de productividad respecto a potencias como Estados Unidos y China, el documento plantea acciones concretas para garantizar que Europa pueda mantenerse a la vanguardia en términos de innovación, sostenibilidad y seguridad. Este artículo resume las principales conclusiones del informe y analiza cómo estas afectarán a la economía europea, a las empresas (especialmente en el sector industrial) y, en última instancia, a sus políticas de recursos humanos (RRHH).
El informe señala tres grandes pilares de acción para impulsar el crecimiento y la competitividad:
Europa se enfrenta a un déficit de innovación frente a Estados Unidos y China. Según el informe, sólo cuatro de las 50 mayores empresas tecnológicas del mundo son europeas, y ninguna de las seis compañías que superan el billón de euros de capitalización en EE. UU. ha sido creada en la UE en los últimos 50 años. La productividad de la UE en sectores clave, especialmente en tecnología, se ha quedado rezagada. El informe destaca que el gasto en investigación y desarrollo (I+D) en Europa fue 270.000 millones de euros menor que en EE. UU. en 2021, con la mayoría de las inversiones en Europa concentradas en sectores maduros como el automovilístico.
Este estancamiento está afectando directamente a la capacidad de crecimiento de la UE. Se estima que, de mantener la tasa de crecimiento de productividad media del 0,7% anual desde 2015, la economía de la UE solo lograría mantener el nivel de PIB constante hasta 2050. El desafío es acelerar la adopción de tecnologías avanzadas, como la inteligencia artificial (IA), y mejorar la comercialización de las innovaciones, ya que muchas startups europeas tienden a buscar financiación fuera del continente.
El impulso hacia la descarbonización y la lucha contra el cambio climático representan tanto un reto como una oportunidad para Europa. Aunque la UE es líder en tecnologías limpias como las turbinas eólicas y los combustibles bajos en carbono, las empresas europeas siguen pagando precios de la electricidad 2-3 veces superiores a los de Estados Unidos, y precios del gas natural 4-5 veces más altos.
El informe subraya que el coste de la energía sigue siendo una barrera crítica para la competitividad. Sin embargo, si se gestiona correctamente, la transición hacia una economía baja en carbono podría ofrecer una oportunidad de crecimiento. El objetivo de la UE será implementar un plan coherente para que la transición energética esté en línea con los objetivos de competitividad y crecimiento, aprovechando las energías limpias y asegurando que los beneficios de la descarbonización se transfieran a los consumidores.
La vulnerabilidad de Europa en áreas clave como las materias primas críticas y las tecnologías digitales representa un riesgo significativo para su estabilidad económica. Actualmente, la UE depende en gran medida de países como China para el suministro de estos recursos. Además, el 75-90% de la capacidad global de producción de chips se encuentra en Asia.
Para garantizar un crecimiento sostenible, el informe propone una estrategia de seguridad económica que incluya acuerdos comerciales preferenciales con países ricos en recursos, la creación de reservas estratégicas en áreas críticas y el fortalecimiento de la capacidad industrial de defensa de Europa. Actualmente, aunque la UE es el segundo mayor gastador militar del mundo, su industria de defensa está demasiado fragmentada, lo que impide alcanzar economías de escala.
Los cambios propuestos en el Informe Draghi tendrán un profundo impacto en las empresas, especialmente en el sector industrial, y en las políticas de gestión de talento. Estas transformaciones demandarán nuevas competencias y un liderazgo capaz de gestionar los retos de la innovación, la sostenibilidad y la seguridad.
El Informe Draghi señala que la competitividad de Europa está en juego. La falta de acción pondría en peligro no solo la capacidad de Europa para competir globalmente, sino también el modelo de bienestar social que ha caracterizado a la región. La clave para enfrentarse a estos retos será acelerar la innovación, garantizar una transición energética coherente y aumentar la seguridad económica mediante la diversificación de las fuentes de recursos.
En este contexto, el talento será el motor del cambio. En Servitalent, comprendemos que las empresas industriales y otros sectores clave necesitarán un equipo directivo y de talento capacitado para liderar estas transformaciones. Ofrecemos servicios de búsqueda y evaluación de directivos que ayudan a las empresas a encontrar el talento necesario para enfrentar estos desafíos. La innovación, la sostenibilidad y la seguridad son temas que impactarán directamente en la gestión del talento, y nosotros estamos preparados para ayudar a nuestros clientes a adelantarse a estas tendencias.
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