Como Customer Experience Manager en una consultora de selección especializada en Executive Search, mi misión es clara: asegurar que cada interacción, ya sea con nuestros candidatos, clientes internos o externos, resulte en una experiencia excepcional.
Este rol no solo implica la comprensión de necesidades y expectativas, sino también la implementación y mantenimiento de un sistema de calidad y seguridad de la información, una tarea fundamental para el éxito de nuestra empresa.
El Customer Experience Manager se embarca en la misión de comprender a fondo las necesidades y expectativas de los clientes internos y externos, así como de los candidatos.
Este entendimiento profundo no solo implica escuchar activamente sus requisitos inmediatos, sino también anticipar desafíos potenciales y desarrollar soluciones efectivas para abordarlos.
Esta comprensión es esencial para mejorar la experiencia a lo largo de todo el ciclo de selección.
En un contexto donde la transparencia y la equidad son esenciales, esta figura trabaja incansablemente para garantizar que los procesos de selección sean justos, transparentes y sin sesgos. Verificar el cumplimiento de normativas como las ISO 9001, 27001 y 10667-2 se convierte en un aspecto fundamental de esta función, proporcionando un marco confiable para candidatos y clientes. El objetivo es garantizar la integridad de los procesos internos y cumplir con los estándares más exigentes.
Más allá de la selección de candidatos, el CEM se asegura de que la experiencia del cliente sea satisfactoria en todo momento.
La recopilación de datos a través de encuestas y comentarios permite identificar áreas de mejora y desarrollar soluciones efectivas.
Esta atención a la satisfacción del cliente contribuye significativamente a la construcción de relaciones sólidas y a la reputación positiva de la empresa.
La búsqueda constante de innovación no se limita solo a la experiencia del cliente. El Customer Experience Manager también se sumerge en la mejora de procesos internos mediante la implementación y evaluación de nuevas herramientas tecnológicas. Este enfoque contribuye a la eficiencia interna, garantizando que la consultora esté equipada con las mejores herramientas para ofrecer un servicio excepcional.